Está ubicado en el Sendero de Santiago y nació en el XI en un valle con pocos recursos agrícolas, lo que forzó a sus pobladores a ocuparse al comercio y a la acogida de peregrinos y pasajeros. Más allá de su abandono a lo largo de décadas, la estación de Canfranc siempre fué un enorme punto de atracción para turistas y aficionados al planeta de los trenes. Con su rehabilitación para futuros proyectos hosteleros, la región ha comenzado a revitalizarse incrementando el interés en conocer el pasado de este mágico edificio. La primera idea de este proyecto surgió en 1853, en un manifiesto en el que se pedía la construcción de una línea La capital de españa-París a través del Pirineo aragonés. Once años después comenzarían los primeros estudios, que aconsejaban el paso de esta línea por Zaragoza y la localidad francesa de Pau. La constucción de la Estación Ferroviaria Internacional de Canfranc se inscribe dentro del proyecto de creación de un paso fronterizo mediante los Pirineos que comunicase España con Francia, utilizando la línea el que unía Tardienta con Huesca y Huesca con Jaca.
Adif ejercita un papel principal como dinamizador del campo ferroviario, haciendo del ferrocarril el medio de transporte más especial y facilitando el acceso a la infraestructura en condiciones de igualdad.
Información, Horarios Y Entradas Para La Visita Dirigida A La Estación Internacional De Canfranc
Desde el criterio arquitectónico, se compone de un edificio principal, varios muelles para trasbordo de mercancías, y el depósito de máquinas. En su construcción se han empleado distintas materiales como el cristal, el cemento y el hierro, propios de la arquitectura industrial actualmente. La Estación En todo el mundo de Ferrocarril de Canfranc es un esplendoroso edificio bañado de distintas influencias arquitectónicas que se concibió como gran escaparate de España frente a los visitantes extranjeros. Explota además de esto los descuentos para niños, jóvenes, seniors, familias numerosas y mucho más.
Para ello acceda a esa información a través del selector que ponemos a su disposición. Un paseo por el parque Miguel Servet nos deja gozar del pulmón verde de la región, en donde podemos encontrar estatuas de Felipe Coscolla o Ramón Acín, cuyas Pajaritas son símbolo de Huesca. La localidad permite gozar de una rica pluralidad gastronómica en restaurantes de gran prestigio en todo el país, ciertos de ellos con estrella Michelín, y recorrer “la Ruta Dulce” por las pastelerías de la región, degustando la variedad de su repostería. Todo viajero proveído de billete va a poder llevar consigo, bajo su custodia y compromiso, en los sitios premeditados al efecto, hasta tres bultos de mano, con una restricción total de 20 kg, y unas dimensiones que no excedan (largo+ancho+alto) de 250 cm. Construida en 1876, esta curiosa fortificación see efectuó tras terminarse la carretera que une Zaragoza con Francia por el Somport. Se trataba de defender esta esencial vía de comunicación con una enorme torreta de fusileros que podía albergar hasta un contingente de 25 hombres.
Canfranc Estación, A Royal Hideaway Hotel
Aparte de prestar sus servicios a los viajeros y usuarios, muchas de ellas constituyen una referencia en las localidades donde su ubican. Al exterior, estos volúmenes muestran tejado curvo apizarrado a 4 vertientes, y se coronan con 4 pináculos apiramidados preparados en sus flancos. Los 2 pisos del cuerpo se abren a través de arcos de medio punto a la zona de las vías y sobre estas 2 galerías se abre una nueva teoría de vanos abuhardillados en la cubierta apizarrada, que denota la clara predominación de la arquitectura francesa.
Pero, indudablemente, Canfranc es la puerta de entrada a una de las zonas de esquí más populares de los Pirineos españoles, con las estaciones de Astún y Candanchúsituadas a pocos km de allí. Varios esquiadores se establecen en Canfranc para subir a estos 2 centros invernales, que cuentan con 50 km de pistas cada uno. La visita guiada a la estación de Canfranc tiene una duración de unos 40 minutos y son tanto en español como en francés. Después de las obligadas explicaciones históricas, se recorre el vestíbulo y el paso subterráneo. Las obras del túnel de Somport, parte clave del proyecto, se desarrollarían entre 1908 y 1912, pero no sería hasta 1928 en el momento en que se inauguraría la estación de Canfranc, con el rey Alfonso XIII y el presidente de Francia Gaston Doumergue a la cabeza. Las estaciones son algo mucho más que un espacio desde el que subir a un tren o desembarcar del mismo.
Se están realizando distintas proposiciones de rehabilitación de este conjunto histórico. Este curioso e interesante itinerario recorre una sucesión de búnkeres cuya construcción tenía como propósito proteger la población de una viable invasión militar que viene de Francia que jamás se produjo. En ese tiempo, se construyeron cientos y cientos de búnkeres en toda la región de los Pirineos, desde el Cantábrico hasta el Mediterráneo. Famosa como “Línea P” ó “Línea Pirineos”, se trata, probablemente, de la mayor obra de fortificación construida en Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
Un edificio que habla por sí solo, que por su tamaño, en el momento en que lo miras, transmite un halo de misterio a la par que de historia de historia legendaria. Si estás recorriendo el Pirineo de Huescao estás de visita por Jaca, no dudes en viajar hasta Canfranc. Aquí se pueden conocer los horarios de llegadas y salidas de la estación, así como los servicios que se ofrecen en su recinto e instalaciones.
La entonces segunda estación mucho más grande de Europa entraría en sopor hasta su ocaso, con el objetivo de la conexión internacional entre España y Francia por Canfranc, causado por el sospechoso derrumbe del puente de L’Estanguet en 1970 en el lado francés. En la actualidad nos encontramos con un edificio cercado, el ingreso es limitado y por visitas guiadas. No obstante, podemos pasear por los muelles, contemplar el depósito de máquinas, con su composición metálica, y las diversas grúas que todavía permanecen a los lados de las vías.